La bomba de las casas baratas

 «No cayó ninguna bomba de pleno. Una al lado mismo y nada más».

Francisco Candel, escritor.
Por fortuna solamente cayó una bomba cerca de las Casas Baratas del Grupo Eduardo Aunóspero ¿se imaginan ustedes si los pilotos italianos hubieran abierto las espezoneras de sus aparatos cargadas de bombas? El desastre hubiera sido mucho mayor de lo que fue, porque aunque a simple vista parece que no sucedió nada, sucedió y mucho como veremos a continuación. Le he dado muchas vueltas al tema llegando a la conclusión de que el piloto que lanzó la bomba, o lo hizo por venganza, o se dio cuenta de que lo que había debajo de sus pies era un grupo de viviendas y supo rectificar a tiempo, porque sino no se entiende, solamente habían lanzado tres bombas muy cerca del Cuartel de San Carlos en la Barceloneta de Barcelona, cuando fueron sorprendidos por las baterías antiaéreas y por los reflectores de luz teniendo que huir sin descargar sus bombas sobre los objetivos que tenían previstos. El motivo que indujo al piloto italiano a lanzar la bomba no lo sabremos nunca, pero los daños que ésta causó si quedaron reflejados para siempre entre los ciudadanos afectados de la barriada, entre ellos mi abuelo Antonio Santafé Martín.
 
Lo que sucedió aquel 15 de octubre de 1937, es que la aviación republicana acababa de destruir 30 aviones facciosos en el aeródromo de Garapinillos, cerca de Zaragoza, y los facciosos italianos respondieron desde Mallorca con los tres bombarderos pesados Savoia (S-81) que disponían. Después de intentar descargar sus bombas en diferentes objetivos, los haces de luz de los proyectores deslumbraron a los pilotos, y en su huida arrojaron una sola bomba detrás de la barriada justo al lado del muro de la fábrica «Bertrand y Serra» en el camino del Prat Vermell, muy cerca también de la masía «Can Serrano«.
Esta bomba no buscaba objetivo militar alguno, por lo que bajo mi punto de vista lo considero una desgracia más de las tantas que hubo durante la guerra civil, pero lo más grave es que acabó con la vida de un padre y su hija, que se llamaban:
EL PADRE: Antonio Ávila Parra de 38 años de edad.

LA HIJA: Antonia Ávila Martínez de 10 años de edad.

En el «Noticiero Universal«, del sábado 16 de octubre de 1937, número 16.808 página 3, aparece en primer lugar de la lista de los heridos mi abuelo Antonio con heridas de carácter reservado, y además, 16 personas de las cuales muy posiblemente alguna fuera de las Casas Baratas, pero por desconocimiento de sus nombres no puedo confirmarlo. El señor Antonio Ávila y su hija, están incluidas en la lista de muertos pero sin identificar lo que la investigación tuve que realizarla a través del Archivo Municipal Administrativo de Barcelona.

Artículo creado en Octubre del 2007 y adaptado a la nueva web.

 

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